El canto de las sirenas

No me referiré a la imagen que tenemos de las diosas del mar, sino al artefacto que tienen los carros que utilizan los funcionarios del Gobierno de primero, segundo, tercero y hasta cuarto niveles cuando se abren paso por las calles del país, invadiendo el carril de los corredores exclusivos para el trolebús, ecovía y la metrovía como en Quito y aceleran indiscriminadamente, además que no respetan el semáforo, como si los espacios públicos fuesen de los estos transitorios personajes de la burocracia.

Sin embargo, no solo causa molestia el irrespeto de los “súperpoderosos pero transitorios personajes de la burocracia», sino que esta parafernalia -solo imaginable de un país sin desarrollo- se contradice con el discurso de austeridad del Gobierno. Resulta risible que los funcionarios crean que a la gente le interesa conocerlos o peor aún acercarse a ellos; al contrario, el blindaje causa resistencia y posiblemente pena, pues el valor del trabajo no se evalúa en carros lujosos, número de guardaespaldas y violación de las señales de tránsito.

¿Cuánto podría ahorrar el Gobierno, si sus funcionarios dejarían el estatus de los carros con sirenas, los guardaespaldas y los asistentes? Parece que desde la lógica del escalonamiento social, el burócrata quiere sentirse en los cielos cuando se pasea por las calles en los carros cuatro por cuatro, cuando el asistente le carga la maleta, cuando el chofer le abra la puerta y cuando la gente mira con repudio este tipo de prácticas.

No hace mucho este Gobierno le condecoró a José Mujica y sin embargo acá se hace todo lo contrario. La austeridad resulta vaciarse en el discurso, no es una realidad. Es como todos aquellos que tratan de depurar sus sentimientos escuchando a Sabina o una buena dosis de música protesta, pero en sus fueros internos les encanta la ampulosidad, pisar en los cielos y solo hablar de sencillez en las concentraciones multitudinarias. En fin, a estos funcionarios les quedaría bien un viaje a Uruguay para ver cómo gobierna la izquierda, sin tanta parafernalia y arribismo. Sin duda, a esta autodenominada izquierda le hace falta sencillez, madurez y coherencia.

1 comentario en “El canto de las sirenas

  1. Santiago Carrera

    Estimado César,

    Siempre leo tus publicaciones, algunas me parecen muy interesantes y coincido con algunos de los criterios, sin embargo hay otras que bordean el odio, o un juicio no tan imparcial, varias veces he estado a punto de escribirte para compartir mi punto de vista, pero no lo he hecho por diferentes motivos; en esta ocasión sí deseo dejar mi comentario sobre este tema:

    Primero voy a pedir no generalizar o minimizar al Ecuador a la ciudad de Quito, a mencionar a los funcionarios como si todos lo hicieran, yo soy funcionario público y cumplo con el rol de ser «público» vivo en el territorio y conozco los 221 cantones del país y justamente por eso no podemos reducir a una ciudad todo un país.

    No estoy afiliado al Movimiento País, no defiendo camisetas, ni colores, mucho menos a personas, finalmente las personas pasan, pero lo que importa son los procesos, fui y soy parte del equipo que ha construido los dos último Planes de Desarrollo del país, modelos que por cierto son reconocidos a nivel mundial, de tal forma que Francia y el gigante europeo Alemania, le solicitaron asesoría al Ecuador para generar modelos de desarrollo con los enfoques que construimos acá, lo que me pregunto es – por qué no se escribe sobre esto…?

    Por supuesto que existen funcionarios que se creen la mama o al menos tí@s de Tarzán, pero el problema está en los procesos de formación, en entender que el funcionario público es para beneficiar al común y no para el auto beneficio particular, ahí está lo lamentable ya que al parecer hay mas que buscan sus intereses que los intereses de todos, pero cuidado que no se puede decir que eso, es solo en este régimen, esto ha sido con todos los gobiernos, hay un grupo que fueron, son y seguirán siendo la misma calaña de sin vergüezas.

    Solo cuando los pueblos tengan corazones y mentes comunes,podrán cruzar la frontera del desarrollo.

    Me gusta

    Responder

Deja un comentario